En la piscina municipal de verano, convertimos unas puertas tradicionales de acceso, en puertas electrónicas con control de acceso de usuarios. El proyecto consistió en añadir cerraduras electrónicas y lectores de tarjetas a las puertas. Éstos, a su vez están conectados a una centralita gestionada por un software instalado en un ordenador. Así, cuando un usuario quiere acceder a las instalaciones, acerca su tarjeta al lector de la puerta por la que debe acceder (puerta de chicos o puerta de chicas) y el lector lee la tarjeta enviando los datos a la centralita que, a su vez consulta en la base de datos del ordenador si el usuario esta validado en el sistema. En caso afirmativo la centralita envía el pulso para abrir la cerradura electrónica y el usuario puede acceder. En caso negativo el usuario escuchará un pitido que indica que no tiene el acceso permitido y por lo tanto no se abrirá la puerta.
Además vinculamos el sistema con una base de datos que registra los usuarios que están en el interior de las instalaciones. Cada vez que un usuario acerca la tarjeta al lector de entrada de una puerta y el sistema lo valida, el contador de usuarios en el interior de las instalaciones se incremeta. Cuando un usuario acerca su tarjeta por el lector de salida de una puerta, para salir de las instalaciones, si el sistema lo valida y abre la puerta, se decrementa el contador de usuarios que están en el interior de las instalaciones. Esta base de datos muestra los datos en una web pública, de manera que cualquier persona puede consultar en tiempo real los usuarios que están en el interior de las instalaciones de la piscina.
Con este proyecto se ha permitido llevar un control de los usuarios y reducir los accesos no autorizados a las instalaciones de la Piscina Municipal, evitando así accesos fraudulentos y mejorando la información de los usuarios de la Piscina, al poder consultar en todo momento las personas que se encuentran en el interior de las instalaciones.